Manuel Jesús Clouthier del Rincón, Maquío, es uno de los líderes políticos con mayor carisma de las últimas décadas. Sin duda alguna, su legado en la vida política y democrática de Sinaloa y México está reconocido y ha influido hacia una verdadera democratización de México y sus instituciones.
Hoy, a 26 años de su muerte, sus postulados siguen vigentes. Cómo olvidar sus palabras durante la gira que denominó “México por la Libertad”, en las que expresaba, en torno a la construcción del ideal de nuestra nación:
“El México que queremos es solidario, lo cual implica que, en lugar de lucha de clases, debe prevalecer la lucha contra la injusticia. Solidaridad fincada en el diálogo permanente de todos los sectores y grupos entre sí y con el gobierno para formar una mística de trabajo y honradez; de justicia y equidad en las oportunidades. Solidaridad que nos lleve a nacionalizar la política y hacer que todo mundo participe en ella, porque ésta es la actividad gestora del bien común y todos tenemos la obligación de procurarlo”.
Sin duda, Manuel Jesús Clouthier del Rincón, no cesó en el esfuerzo de estimular continuas transformaciones sociales, tanto en Sinaloa como en México, reconociendo que la gente debía involucrarse más activamente en la vida pública.
Sus aportaciones, tanto en el ámbito empresarial, social y político, pueden considerarse la base del modelo actual del sistema electoral nacional y estatal, pues permitieron hacer público y revisable el modelo institucional de la época hasta llegar al esquema vigente.
Por todo ello, para quienes estamos al frente de los trabajos de Acción Nacional en Sinaloa, este día es una gran oportunidad para reconocer su liderazgo nacional y estatal derivado de su contribución para la construcción de la democracia mexicana.
Al igual que Maquío, la mayoría de los mexicanos queremos construir una sociedad democrática y participativa; más justa, más libre, más humana; digna y próspera; donde todos convivamos en paz, donde trabajemos hacia el futuro, con realismo y esperanza, y es innegable que “Maquio” desarrolló con ese fin, prácticas basadas en principios que actualmente siguen vigentes y en algunos casos reconocidos institucionalmente como pilares de la actividad política y de la propia función pública.
A partir de su afiliación al Partido Acción Nacional, alrededor de 1983, Manuel Jesús Clouthier del Rincón inició abiertamente su activismo político dentro y fuera de la arena pública, y fue así que, en mayo de 1986, fue postulado como candidato panista a la gubernatura de Sinaloa, con el lema "valor y honradez”.
Sus ideas democratizadoras parecieran ir contra lo previsto en la normatividad vigente de la época, sin embargo, Manuel Jesús Clouthier del Rincón, encontró bajo una perspectiva innovadora y plural, un mecanismo para exigir lo que hoy se ha reconocido bajo el concepto legal de derechos humanos con carácter de inalienables en materia política.
“El Maquio” y sus prácticas, manifiestan su afán democratizador, pero sobre todo, marcó un precedente que hoy sienta las bases de un México con elecciones más abiertas, transparentes, en el que elección tras elección es más complicado tergiversar la tarea de los órganos encargados de la elección y en el que el respeto a las instituciones garantes de los comicios electorales es prioritario para los candidatos y las autoridades de gobierno.
En el plano social impulsó el civismo, la conciencia ciudadana, el respeto a la legalidad, privilegiar el interés colectivo sobre el privado, además de otros factores de naturaleza política, como la defensa del voto durante y posterior al proceso electoral, con algunas de las acciones de resistencia civil más significativas en la historia del sistema político mexicano.
Creativo e innovador, cual empresario, ideó para su época una serie de mecanismos e instrumentos con reconocimiento ciudadano y plena legitimidad para hacer valer lo que en su ideal y a partir de la exigencia social, apoyado en su conciencia democrática y política, creía debía observar la sociedad civil de esa época.
Manuel Jesús Clouthier del Rincón, “Maquío”, como referente en la vida democrática del país y del Estado de Sinaloa, fue una persona con una alta convicción y vocación por la legalidad, el respeto a las instituciones, ejemplo para las generaciones y un convencido de que la sociedad organizada, es la mejor vía para exigir lo que por derecho le asiste. Por ello, su liderazgo fue y es evidente e incuestionable.
El nombre de Manuel Jesús Clouthier del Rincón, será permanentemente sinónimo de lucha por la democracia y en respuesta a ello, refrendamos nuestro respeto y admiración por el legado en la conformación de cuadros de nuestro partido, que ven en “Maquío” un referente en su formación cívica y ciudadana, donde la obediencia de la Ley se hace, no por su carácter obligatorio, sino por convicción ética y moral.
“Maquío” enfatizaba que todos tenemos capacidades y potencialidades para decidir con libertad responsable, para reconocer la realidad que nos rodea, para sentir ofensa por la injusticia, y que esa dimensión social de lo que somos, nos obliga a colaborar con los demás, para que, entre todos, seamos capaces de construir las condiciones políticas, culturales, económicas, educativas y sociales, que permitan y favorezcan el progreso de todos y la humanización de la vida social.
Su propuesta democrática se sustenta en los pilares del humanismo de Acción Nacional: Dignidad de la persona humana; bien común; solidaridad; y, la subsidiariedad de una sociedad abierta, una sociedad libre, una sociedad plural y autogestionaria.
Engarzar la visión humanista de “Maquío” con la realidad actual y la vigencia de nuestros principios como organización política, no es tarea difícil, al contrario, es sencillo encontrar puntos de encuentro entre nuestra filosofía partidista y el lado humano que lo caracterizaba, para ello refiero algunas analogías sobre el particular:
Respecto a la persona. Clouthier del Rincón en sus acciones coincide al señalar que el ser humano es sujeto de derechos y obligaciones fundamentales. El respeto a estos derechos y el cumplimiento de estas obligaciones son, no sólo el cimiento de toda convivencia democrática, sino la base de toda sociedad justa y de la paz.
En relación al Bien Común, “Maquío” sostuvo siempre en su discurso y conducta que este ideal debe pertenecer a todos y para todos. No debe promoverse la ventaja de un grupo o clase alguna, sino el beneficio de todos, cualquiera que sea el carácter o la función que las comunidades realicen en la sociedad, y en su búsqueda simultáneamente implica alcanzar los máximos resultados de la justicia, la seguridad, la defensa del interés general, el respeto y la protección de la persona y sus derechos.
En cuanto a la justicia, siempre buscó por la vía institucional garantizar que cada quien tuviera lo que le correspondiera por derecho, lo que le pertenece según sus fines existenciales. Por lo tanto, Clouthier del Rincón luchó porque la riqueza nacional debía generarse y disfrutarse con equidad. Y señalaba que cuando la política no está orientada al Bien Común pierde sentido, que bajo el contexto actual referiría al lado humano de la política.
Respecto a la solidaridad, “Maquio” siempre manifestó en sus propuestas que trabajar en pro de la comunidad y de sus integrantes era producto de su compromiso ético y cívico, era un deber para con él mismo, producto de su ideal ciudadano, de coadyuvar a consolidar las instituciones, pero sobre todo la solidaridad en su persona y sus actividades, representó una virtud personal con grandes resultados en la arena pública.
En el tema de lo que hoy identificamos como Subsidiariedad, “Maquío” destacó que el bien común sólo era posible con la existencia del orden, y para ello, entabló una lucha permanente contra la injerencia de niveles de gobierno distintos al local, particularmente en el ámbito electoral, concluyendo desde su particular opinión, que el Estado era rector del desarrollo, pero no dueño de la voluntad del pueblo. Por lo que en repetidas ocasiones denunció la intervención del gobierno, al no encontrar justificación alguna dentro de los procesos electorales en los que participaba o apoyaba.
De esta forma, ponemos de manifiesto que Manuel Jesús Clouthier del Rincón era un adelantado a sus tiempos, 26 años más tarde, los Principios del Partido tienen hoy tanta vigencia como el legado de “Maquío”, sus pilares continúan firmes y valederos. Aún y cuando el sistema político ha evolucionado, muchos de sus ideales hoy están profundamente arraigados en la sociedad. En su oportunidad, “Maquío” señaló el rumbo que marca actualmente nuestra concepción doctrinal de la persona, de su libertad y de su responsabilidad social.
A partir de lo expresado, para Acción Nacional el funcionamiento normal del sistema político y del sistema electoral y de partidos, tiene matices de la “Doctrina Maquío Clouthier”, entendida como la los procesos de lucha constante con la finalidad de que existan elecciones objetivas, libres, imparcialmente calificadas para alcanzar la verdadera democracia.
No entendemos ni concebimos la vida interna del partido ni sus relaciones con otros actores de la vida pública, sin las reglas de Clouthier del Rincón, reglas no escritas, pero que fueron base para impulsar esa brega eterna por lograr la objetividad en las elecciones, la imparcialidad de los tribunales electorales, la vigencia de los requisitos concretos del procedimiento democrático.
Si somos realistas en política y hacemos política en México, no podemos desprendernos de “Maquío” y su doctrina, sin mayor formalismo que los hechos y acciones de desobediencia civil frente a un sistema político cerrado y hoy caduco, y no es por cultivar la idolatría hacia la figura de quien hoy merece este homenaje póstumo, sino porque al buscar modificaciones para México por vías pacíficas, democráticas, legales, tenemos la obligación moral y partidista de seguir el patrón de conducta y la guía cívica que nos heredó “Maquío”.
En nombre de quienes conformamos las estructuras del Partido Acción Nacional en Sinaloa agradezco la oportunidad para hablar en este acto, saludo con gratitud y aprecio a su familia y amigos.
Les reitero que Acción Nacional es hoy un partido renovado que cuenta con el espíritu luchador de Clouthier del Rincón y con la voluntad cívica de sus militantes. Mantenemos y retomamos en cada una de nuestras agendas de trabajo sus principios y postulados que permitan hacer viable contar con un mejor país, un Sinaloa más justo, ya que en ello descansa la esencia de nuestro Partido, el cual tiene como base de sus acciones una de sus frases:
"Mi lucha no es para que creas en mí y en mis sueños, sino para que creas en ti y en tus sueños y luches por ellos. Cuando hayas aprendido esto, habrá terminado la misión de Maquío.”
Pues como afirmaba: "Nuestra propuesta de cambio, parte de la convicción de que los ciudadanos deben tomar en sus manos la responsabilidad de construir su futuro, sin caudillismos", ya que no es con caudillismos como se fortalecerá la democracia, con ellos se distorsiona su esencia, incluso, generando desarticulación de la sociedad, efecto de un grave quebranto institucional. Es a través de la participación ciudadana ordenada y responsable, como se fortalece a las instituciones y a la sociedad misma, y en este sentido, como vislumbraba “Maquío”, Acción Nacional seguirá siendo el factor real de cambio para el progreso y la democracia, luchando responsablemente y con fidelidad absoluta hacia su doctrina.
Manuel Jesús Clouthier del Rincón, “Maquío”, un hombre que después de 26 años de su muerte, sigue vigente en la memoria de los sinaloenses y de muchos mexicanos, y cuyos ideales y legado seguirán siendo la inspiración de lucha de muchos más. “Maquío” es un líder que debe estar en el corazón de los mexicanos, trascendiendo las etiquetas partidistas, porque quiso hacer de su país un lugar mejor para vivir, y ese legado que dejó, debe ser continuado por los panistas y por los ciudadanos en general.
Cierro mi intervención reiterando que hoy, a 26 años de su fallecimiento, es indiscutible la necesidad de rendir honores a “Maquío”, un hombre que cumplió la consigna de nuestro fundador, Manuel Gómez Morín, de “mover las almas”, por ello, hoy realizamos este sentido homenaje, con el entusiasmo de un Partido Acción Nacional renovado y dispuesto a trabajar día a día en favor de la construcción de la democracia, a través de la fuerza de las ideas, con ánimo y alegría revigorizados.